jueves, 3 de abril de 2008

La canción y el abismo

Nunca he hablado del proceso creativo de la canción...éste podría ser sistematizado pero me parece aburrido hacerlo ya que no siempre se da la misma manera. Depende de muchas cosas... resumidamente, comienzo con una melodía que no me deja tranquilo o con alguna frase en la guitarra, luego de darle vueltas y vueltas, la canción va tomando forma, y una vez, cuando ya esté lista la línea melódica de la voz, voy colocando palabras. Hay canciones que duran semanas, meses e incluso años en ser terminada. Pero hay unas pocas que se nacen maduran mueren en una noche. Tal es el caso de Retazos, Incertidumbre y la más recientemente El rumor. En conclusión, una canción para mí es un juego, un rompecabezas.

La estructura del tema no tiene que ser el trillado: Intro-Estrofa-Coro-Estrofa-Coro-Intermedio-Coro-Coro, esqueleto tradicional de la música popular. He usado esta estructura y sus diferentes variantes conocidas, pero tengo muy claro que en el camino hacia otros niveles de la creatividad es sumamente importante lograr que la misma obra sea escuchada y que ella misma muchas veces tome las decisiones más importantes. Esto suena muy romántico y mítico, pero en realidad hay momentos de gran conexión entre Hombre y creación. Cuando estoy en ese grado, nivel, veo palabras, sonidos, sensaciones y sobre todo, obscuridad.

Durante muchos años me llamaba mucho la atención esto último. La obscuridad era un abismo, un obstáculo que empañaba y entorpecía el discurso con la canción (que no es todavía canción, es plastilina). Una mala comunicación significa una mala relación. Mala comunicación que acarrea sensaciones desagradables similares a las sentidas entre dos seres humanos que se juran amor, en mi caso, el del artista, la mala relación que ocurre entre hombre y creación - al dejarle a esta tomar decisiones - es simplemente devastadora, es a fin de cuentas un amor ciego caminando con bastón sobre la cota mil.

¿Cuantas canciones tengo engavetadas por no entenderlas? Debido al velo que tuve durante tantos años creé y destruí canciones sin importarme.(¡He creado a un monstruo!) Ellas sabían muy bien que si no las desempolvaba era por mi miedo a verlas mudas, tartamudas, desfiguradas, mutiladas, (Luego de mi Revelación, he dejado de matar canciones). Cada cierto tiempo abro el baúl vestido de luto y tapabocas, para salvar a alguna de ellas de ese destino que no eligieron, pero su condena es irremediable. Siempre me engaño, mis verdaderas intenciones son buscar las partes que le faltan a mis nuevos caprichos y que muchas veces yacen en ese cementerio de palabras y melodías olvidadas.

Nunca me enamoro de mis canciones. Las cortejo, me acuesto con ellas durante semanas, llegamos al verdadero e inexplicable clímax. Somos felices. Nunca lo había sido tanto. Creo incluso haberme enamorado…pero… basta que llegue otra (siempre sucede) para olvidarme de su nombre. Pueden chillar lo más duro posible, todos mis sentidos se enfocan en la recién llegada. La última será mejor moldeada que la anterior. ahí está la respuesta a la pregunta trillada: ¿Cuál es tu canción favorita?

Hace un año exactamente empezó la revelación de los secretos. gracias a estos conocimientos me he quitado el velo, nada nubla ni empaña mi visión. Pero… no entiendo. De nuevo me carcome esta sensación desagradable. ¿Por qué me siento así? ¿Por qué dudo? ¿Acaso ya no lo sé todo? Realmente no termino de comprender. No se preocupen por mí. Ya me estoy acostumbrando, a que cada vez que recuerdo a mi maestro, a miles de kilómetros de distancia, se crea nuevamente un abismo aún mayor y más profundo que el que existía cuando dormía.
¿Será que aún duermo?

Voy a escribirle.

JG

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